La catedral gótica se diferencia de la románica por dos características notables. La primera es su verticalidad. Mientras la basílica románica está enraizada en el suelo, sólidamente apoyada sobre sus bases, aquélla es una construcción erguida, un edificio que “está de pie”. La segunda característica es la iluminación. La Iglesia románica, por exigencias técnicas, estaba impedida de abrir ventanales en razón del gran espesor de sus muros, debiéndose contentar con aberturas pequeñas que permitían un paso menguado de la luz; la técnica gótica, en cambio, al permitir el acceso abundante de la luz, inundaría el edificio entero con una claridad pletórica de colores. Como bien señala Daniel- Rops, esos dos rasgos distintivos que tanto nos impresionan cuando penetramos en el interior de una catedral gótica, influyen de manera determinante en el alma: “ pues en ella se exalta algo sobrenaturalmente unido a ese ímpetu y a esa llamada a las alturas; y la instintiva dicha que derrama la luz a torrentes, parece la promesa de los esclarecimientos definitivos, y el reflejo terrestre de la luz increada.” (“La Iglesia de la Catedral y de la Cruzada”, Luis de Caralt, Barcelona, 1956) Nuestra Catedral es de estilo Neogótico.
sábado, 23 de febrero de 2008
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